Por Juan Cantos Leyba, economista con 26 años de experiencia en Delphi:
Todavía no está en marcha el plan de créditos del ICO (Instituto de Crédito Oficial, dependiente del gobierno), ni atisbo de exenciones fiscales para la pequeña y mediana empresa. El 80% del PIB (Producto Interior Bruto o riqueza de un país) lo produce la pequeña y mediana empresa, así como el 80% del empleo.
La situación actual es que las líneas de créditos internacionales están cerradas, por lo que los bancos locales no dan créditos. La pequeña y mediana empresa cierra y los trabajadores van a la calle.
Hay crisis de endeudamiento e ingresos de los ayuntamientos, por haber tenido los ingresos basados en la especulación del suelo municipal y corruptelas inmobiliarias. Los gastos que tienen están muy por encima de los ingresos (por recaudación de impuestos municipales únicamente).
Tenemos la consabida crisis económica mundial como consecuencia de la crisis financiera de Wall Street.
El gobierno se propone flexibilizar el mercado laboral para salir de la crisis. Otros países están saliendo de la crisis. A algunos, como Noruega, ni tan siquiera les ha afectado.
CONSIDERACIONES
La crisis internacional financiera viene de las “hipotecas basura” americanas. Pasó que las empresas financieras americanas utilizaron como valores de bolsa a las hipotecas sobre los pisos de los trabajadores americanos. Los trabajadores americanos tienen contrato laboral “flexible”, es decir que pueden ir a la calle de un día para otro sin indemnización, es decir que sus contratos no valen un pimiento como garantía de crédito. Estas hipotecas convertidas en valores empiezan a cotizarse mal debido a que los pisos estaban bajando de precio. En el momento que el piso vale menos que la hipoteca, si vendían el piso no recuperaban el dinero. A estas hipotecas les llaman “basura”. La cotización se desploma y pierden su valor.
El problema estaba en que a cambio del valor de las hipotecas, se había concedido créditos o lo que es lo mismo se había creado dinero artificialmente, miles y miles de millones de dólares. Todo este dinero de mentira se esfuma en el aire como si pincháramos un globo al desplomarse su valor en bolsa.
Los bancos de la globalización, españoles incluidos, habían concedido créditos con ese dinero. El resultado fue que no pudieron disponer de esa parte de dinero y tuvieron que reducir los créditos y en esas estamos hasta que los bancos internacionales se vuelvan a inventar otro nuevo fraude.
A España le afecta directamente, la burbuja inmobiliaria explota y nos quedamos sin la locomotora económica. Ya que la economía española carece de tejido industrial y comercial, debido precisamente a dedicar los recursos a la construcción de pisos. Gran parte del dinero del país está inmovilizado en el ladrillo.
Lo más grave a corto plazo es que se niega el crédito a la pequeña y mediana empresa y no puede funcionar. Las pequeñas empresas cierran en gran número, lo que unido al paro de la construcción, ya se eleva a cinco millones de desempleados.
La forma de ayudar a la pequeña y mediana empresa es dejarlas trabajar, no ponerle trabas, no ponerles impuestos que no pueden pagar, cuando ganen que paguen y de lo que ganen. Antes existía exención fiscal los cinco primeros años.
Los gobiernos locales o ayuntamientos son el ejemplo más claro de desastre económico español. Durante los últimos treinta años han venido endeudándose de manera alocada e ilimitada, merced a un sopote de ingresos basados en la reconversión de terrenos. Terrenos de propiedad municipal o no. Considerados como rústico en el plan de ordenación local, los reconvierten en suelo industrial o de construcción de pisos y multiplican su valor por diez, por cien o por mil.
Estos ingresos totalmente especulativos y temporales, los consideran superdignos de un ayuntamiento y aparte de llenar los bolsillos de los políticos y amigachos, iluminan las mentes y lo hacen ver como fuente inagotable de riqueza. Basado en este inmenso mar de especulación, su estructura de gastos crece y crece. Del tal forma que cuando estos futuros ingresos dejan de llegar hay que pedir prestado y sumar al gran endeudamiento ya contraído. Sus grandes amigos los bancos ya no quieren saber nada de ellos. ¿los ayuntamientos entraran en concurso de acreedores?
La política del gobierno se inclina por lo más fácil, la reforma laboral. Dicen que el mercado laboral no es flexible, por los contratos fijos y las indemnizaciones por despido y por eso la empresa no funciona. Lo que nadie explica es que el término flexible, es del trabajador con respecto a la empresa. Es decir que el trabajador sea flexible con la empresa. Que se mueva según convenga. O sea que cuando la empresa cierre, los dos flexiblemente se dediquen a otra cosa, la empresa a otra actividad mercantil y el trabajador a tomar por el culo.
Salir de la crisis con la reforma laboral significa para el trabajador entrar en la crisis más absoluta para toda su vida, la absoluta esclavitud. Los derechos de los trabajadores se han conseguido en Europa a sangre y fuego.
Un país rico se mide por el índice de calidad de vida de sus habitantes, de todos y cada uno no sólo de unos cuantos (tocados por la mano de Dios). En este sentido tenemos ejemplos positivos como son los países nórdicos y negativos como América.
América con 750.000 indigentes, 40 millones sin asistencia sanitaria, 147,4 millones con precariedad en el empleo. Donde el estado del bienestar queda muy, pero que muy lejos. No se puede llamar un país rico, sino más bien desasistido, inculto, salvaje y a tenor de las cifras pobre.
La economía de un país debe ser la suma de las economías de todos sus individuos. No la economía de unos pocos. Me parece muy bien que el país sea rico, mientras yo también lo sea. ¿De qué me sirve que el país salga de la crisis, si yo no voy a salir en mi vida?
Hay que luchar por los puestos de trabajo dignos, por el comercio (vía natural del desarrollo, de la cultura y de las relaciones humanas) y por el estado del bienestar. Que salgamos de la crisis sin perder derechos sociales. Y que esta bonanza lo sea para cada vez más gente.
