Viernes 23 de Noviembre, un día cuanto menos peculiar. Después de una semana de mucha lluvia, mucha, mucha( el miercoles me cambié de pantalones y de zapatos tres veces), el viernes también se presentó lluvioso. Pero creo recordar que solo llovió por la mañana. Bien, cansado de toda la semana de estudia por la mañana y estudia por la tarde, por fin llego a la tarde el ansiado fin de semana , el respiro. Después de reposar la comida, a eso de las 6 y media de la tarde, medio de noche ya en estas fechas, salgo de mi casa en dirección a San Miguel. A dar clases con "el carbonero", academia de guitarra flamenca.
Por el camino, con mi guitarra a cuestas y silbando una canción, creo que era de Jorge Drexler, una señorita se gira y empieza a andar un pelín más rápido. Yo que iba a lo mío y más rápido que ella, la alcanzo.
Se me gira con cara de susto y me dice: ¡anda mira quien es!, que me creía que era un gachó raro que me iba a hacer algo. Valla, no sabía que yo tuviera pinta de depravado ni de delincuente, y menos con una guitarra al hombro ,¿no? ,Se supone que los músicos no atacan....En fin resulta que la señorita se llamaba Fátima y había sido compañera mía de clase. Una de esas clases de la e.s.o. horribles llenas de canis que no dejan hacer nada. Y me cuenta por el camino que se acaba de sacar el grado medio o algo así, que si tenía que haber estudiado, que si llevaba desde los 14 años trabajando....Vamos, ella cuando ve a las niñas les dice que estudien que después se arrepienten. Fátima, que tienes la misma edad yo, que todavía puedes estudiar....y además, anda que no te dijeron veces que estudiaras porque lo ibas a pasar mal....pero en fin, todo el mundo aprende de viejo.Y Tras contarme los otros grandes futuros y porvenires de mis antiguos compañeros que se ganan la vida como pueden, me deja otra vez solo con mi música.
Pero claro, no iba a ser el día de disfrutar de caminar por la calle, rodeado entre el gentío e inundado por la música de cantautor que ese día tocaba. Acto seguido me para un funcionario de mi instituto que trabaja en secretaría. Un señor más interesante de lo que parece. Resulta que estudió geografía e historia y acabó en la secretaría de un instituto. Venía de recoger a su adorable hija del conservatorio. ¡qué raro, tocaba el violín! Una pequeño trayecto de conversación que para más inri, tuvo lugar en presencia de Juanillo(algún día le dedicaré algo), en los aledaños de la iglesia de Santo Domingo.
Por fin parecía llegar el respiro, el sosiego, la despreocupación. Esa relajada travesía por la calle larga, atestada de gente entrando y saliendo de tiendas, y cómo no, algún músico callejero ganándose la vida. Ahí estaba yo en mi mundo, feliz, disfrutando de un simple paseo....cuando depronto, ¿qué veo?. No puede ser, me froto los ojos, no es posible. Un niño de unos 9 años, no muchos más, se cruza delantito mío. Pocos peinados pueden ya sorprender a alguien, pero eso sobrepasa todos los límites por mi imaginados. Ya veía con horror esos "tatuajes" que les da a muchos por ponerse en el pelo, aunque uno se termina acostumbrando a ver a gente con números en la cabeza y eso....Pero espero no tener que acostumbrarme a ver esto. Al niño, al peluquero, y al padre del niño, no se les ocurres otro dibujito que la palabra NIKE y su simbolito debajo a ambos lados de la cabeza.Hombre, un pase tiene llevar los logotipos en la ropa ; y no lo voy a decir yo que alguna tengo....¡pero en la cabeza! ¡De tu propia cosecha! Puf... espero no tener que acostumbrarme....
Dos paso más adelante, dos jovenes están pegando carteles.Qué guay, lo mismo hay algún concierto. Je, un concierto....¡Luis y Pepa vuelven a cometer el mismo error, se casan!..No se que no se cuanto..Felicidades..Un cartel por cada farola...y hay farolas en esa calle. Miro al cielo(nublado) y... me río...por no llorar.
Y por si fuera poco, jeje, en clases de guitarra me dice manué que si me río de su cante, no hombre, me río de gusto. Jeje, y me salta el otro: uy manué, que se va correr contigo.....
Valla día de otoño-invierno.
