viernes, 23 de abril de 2010

Pequeña crítica al libre comercio

Hoy escuche de refilón una noticia, que pone de manifiesto la falta de humanidad del libre-comercio, y por qué no es admisible dejar a sus anchas las fluctuaciones.

La noticia en cuestión mencionaba que los precios hoteleros habían bajado, no recuerdo en qué porcentaje ni con respecto a qué referencia temporal. Lo llamativo, es que habían bajado en toda España, salvo en Madrid y Barcelona, por causa de la crisis en el tráfico aéreo europeo debido al volcán islandés. Miles de personas se habían quedado atrapadas en dichas ciudades sin poder regresar a sus ciudades de destino. Y claro, entra en acción la maravillosa ley de la oferta y la demanda que todo lo equilibra, si aumenta la demanda de plazas hoteleras, estas suben su precio. Consecuencia: estas “víctimas” del volcán no sólo no pueden regresar, sino que hay personas que se aprovechan de su situación para sacar tajada. Esto es lo inmoral, lo inhumano, lo no tolerable del comercio sin regulación. Y como dirían los defensores acérrimos: “Pero no se preocupen, no se intervenga, que cuando todo vuelva a la normalidad, los precios también volverán a la normalidad”.

Esta situación puede parecer una nimiedad, pero si la extrapolamos a otros objetos de consumo como pueden ser el agua, las medicinas, el combustible o los alimentos, los resultados son bastante más desastrosos e intolerables. Y lo peor es que se da de forma muy cotidiana y sin apenas reproches dentro del capitalismo establecido.

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