Pese a que la economía se endurece cada día más, parece que los culpables directos de este batacazo del sistema capitalista sin control, continúan jugando a los dados y a las cartas con el dinero y las vidas de la gente de a pie.
Ejemplo de ello, es el caso del banco Fortis, que tuvo que ser salvado de la quiebra con dinero público de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, cifra que asciende a unos 21.200 millones de euros (cifra de publico.es). Como es obvio, no fue salvado por un acto de generosidad, sino de necesidad de sus clientes, quienes la mayoría pertenecerán a una clase media que no se permite excesivos lujos. Pero estos mandatarios no tienen escrupulos ningunos, y para festejar el chaleco salvavidas que les pretaron, organizan una cena para unos 50 invitados en un lujoso hotel de Paris. Cena que costara unos 150.000 euros.
Y yo me pregunto, ¿como se permite este insulto? Tal vez algunos de los que decidieron aportar el dinero esten invitados a la cena, pero desde luego, más de uno que se muere de hambre, se reirá mucho de lo que acá se llama crisis. Mais el problema existe, y no lo sufrián los ejecutivos... sino precisamente, entre otros, los que emigraron para no morir de hambre. Quizás sirva creer en el juicio final...
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