domingo, 4 de mayo de 2008

Change

Mientras ellos regresaban hambrientos
yo volvía alegre y nostálgico.
Pues aunque perdí el calor del beso
gané aquello que en vida más aprecio:
la blanca humildad de sus labios tiernos.

1 comentario:

Pablo dijo...

La sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos...