Con el trabajo hecho caminaba lentamente, a escuchar la guitarra. Ya llegó definitivamente la primavera, se acabaron lo abrigos y jerseys de lana. Ya llegaron los pájaros y su alegre cantar...que me despierta cada mañana. Esta tierra de sol, sudor, y sombra, florece cada primavera , tras el incienso que dejó el naranjo en flor, y el barril que en cada abril se desparrama, por mucho primo de Rajoy y cambio de clima. Caminaba lentamente, entre un parque verde, y amapolas rojas, revestidas de abejillas danzarinas, entre Heavys y Metal. La calle Larga estaba abarrotada, no importaba la hora, hacía calor, y era primavera. Gente que iba y venia. Gente que entre la gente se confundía y ya no volvía. Era jueves y el domingo, sería feria. Las luces blancas y azules, alumbrarían el albero, lugar de juerga y cachondeo. No pensaba en nada, solamente me invadía, una profunda alegría. Con la torre al frente, me esperaba un patio de azulejos, con pronfunda sabuduría. Años de cante y baile, pa escuchar al Juan y su seguidilla. Un pellizco en el estomago, eso que Lorca llamaba "duende", el quejio del cante jondo, lágrimas que quieren salir, de un cuerpo estrmecido, cuerpo que se entrega, al beso enrojecido.
Y sólo sus labios conocen, el nombre exacto de las cosas.
2 comentarios:
hermoso texto lleno de poesía de verdad
hermano,
Esa es la alegria de vivir? la alegria por que si? La alegria en puñados de a diez?
Publicar un comentario