viernes, 21 de diciembre de 2007

Una cita con la libertad

Estas navidades del 2007 son las últimas que pasaré en calidad de estudiante de instituto. Mas que una fiesta, son una cuenta atrás hacia el encuentro con migo mismo, con mi libertad. El pasado miércoles 19 fue anticipo de mi próxima vida estudiantil. Con la escusa de que mi hermano, el señor arquitecto Gonzalos Cantos, daba una conferencia en la universidad de arquitectura de Sevilla, hice una escapada a Sevilla. Una ciudad preciosa para pasear por sus calles.

Cogí el tren acompañado de La Vieja Sirena, y aparecí al cabo en la estación de San Bernardo. Con ganas de caminar, me dirigí hacia Reina Mercedes pasando por detrás del parque María Luisa. Una completa sensación de paz me inundaba en aquel momento.
Pero es en la universidad donde mejor me sentí, todo limpio, cuidado; gente muy variopinta y educada, no había ni un sólo cani. ¡Qué ambiente!¡Qué felicidad!
Allí me encontré con mis dos hermanos y fui a comer con ellos. La primera vez que los tres hermanos estábamos juntos a solas y sin engañar a nadie, y la verdad es que fue una experiencia muy entrañable. Además estuve visitando mis posibles nuevas residencias, mi nuevo hogar, y aunque me pillan algo lejos de la cartuja, tienen muy buen aspecto.
Para terminar el día, acompañé a Macgonzo a que cogiera su autobús que lo llevaría hasta el aeropuerto; me despedí del Cid y me encaminé hacia Viapol de nuevo. Ya era de noche, y de nuevo andando entre la gente, me sentí preso de sentimientos contradictorios. No sentí pena de despedirme de mis hermanos, pues los veré en estas fiestas, pero si sentía quizás un poco de miedo. Miedo de irme a una gran ciudad, donde las distancias son enormes y los hombres nos volvemos más insignificantes, miedo de no saber como reaccionar, miedo de no estar preparado, miedo de quedarme definitivamente solo. Al mismo tiempo tenía esperanza, la esperanza de ser feliz en esa vida que me espera, pero sin embargo quería volver cuanto antes a Jerez, guarecerme en mi casa, donde más o menos controlo mi futuro, ...¿tenía miedo de la libertad?

En Jerez me esperaban Violeta y migue, con quienes recobré el entusiasmo y las ganas de volar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, es para mí un orgullo
ser el primero,por esta vez,
en dejarte un comentario:

Te gustará saber,que leí tu DÍA EN LA CIUDAD DE LA LIBERTAD escuchando a Serrat( ELEGÍA y,por supuesto, HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA).

Fue un placer leerte porque a la segunda lectura puse cara a tus palabras: me imaginé al CID y al Mc
carne de tu carne materna,
poner una estampa de primavera de naranjo en flor y jazmín y gitanitas y BETIS-SEVILLAS y tapas y flamenco y LA MAESTRANZA y el ayuntamiento y TRIANA y CIERPES y ...
VERTE AHÍ mañana o pasadomañana toreando por soleares al temporal ( venga como venga,jodiendo hasta la concha o simplemente con una sonrisa complice con dulzura y cariño sin doblez ni medias trampas)...

..VERTE AHÍ me dio envidia y luego m reí de tí y después te quise hacer prometer,otra vez,
QUE TENDRÁS LOS OJOS BIEN ABIERTOS y HARÁS TODO MUY BIEN para que alguna tarde de primavera de jazmín y pescaíto frito nos tumbemos al sol a pensar en en el año 27 de nuestra era...me lo debes-te lo debo...

y tenés que cuidar de tus amigos que el año que viene se irán con vos...y nos dejarán,mas que nos pese bien SOLOS...

..cabrón,suerte...y al toro...

Anónimo dijo...

Luego dicen que los niveles están cada día más bajos, no me lo creo. Simplemente, hoy están tod@s en las aulas (los bajos y los altos niveles), antes sólo estaban unos.

Soy profesora de Filosofía y alumnos y disfruto encontrando alumnos como tú. ¿Qué vas a estudiar? Seguro que puedes con lo que te propongas. Un saludo y ánimo. Montse.